4.3.17

Primeros capítulos // Cartas para Abril


Pues sí, aquí estamos de nuevo con una parada del blog tour donde les traigo los primeros capítulos de esta historia. Ya no queda nada para que os traiga la reseña y para que salga a la venta, así que si no habéis leído el primer libro ¿a qué estáis esperando? Espero que os gusten los capítulos.

Primeros capítulos // Cartas para Abril
1 de septiembre de 2004

Querida yo,

Como había sospechado este último año de instituto ha sido... especial. Podría calificarlo como desastroso, pero también diferente. No quiero adelantar acontecimientos, por lo que será mejor que vaya por partes.

Leah finalmente se mudó para comenzar su nueva vida de universitaria. Me gustaría decir que se fue totalmente entusiasmada, pero ya la conocemos. No hace falta recordar que no quería estudiar derecho. A mí, la verdad es que me cuesta entender por qué va a estudiar algo que aborrece.

¿Hola? Va a ser tu trabajo, de lo que vas a vivir. De todas formas algo que caracteriza a Leah es la cabezonería, por lo que me ignoró bastante cuando intenté convencerla de que luchara por lo que ella quería... (Ahora que lo pienso, tú —yo futura—, sabrás si terminó la carrera). Pero volviendo al meollo del asunto, la cosa es que Leah se fue y Dios lo que dolió. La partida de Ian fue mala, pero la de Leah se me hizo demasiada cuesta arriba. Era mi mejor amiga y la necesitaba más que nunca.
Por si no recuerdas, justo al final del verano del año pasado, Noah y yo discutimos. La peor-terrible-tremenda bronca que hemos tenido nunca. Se lió con Emma, la perfecta e intachable Emma. A mí por supuesto me da bastante igual su vida amorosa, pero me fastidia que me abandone por estar con ellas (sus ligues).

Siempre lo hace, y es que Noah es un maldito pegajoso con las chicas. ¿Por qué narices tiene que dejar de pasar tiempo conmigo para estar con sus rolletes? Porque son eso, rolletes. ¿O piensa que son el amor de su vida? Hagamos un alto para carcajearme en su estúpida cara. ¡JA!

En fin, a mí me parece genial que quiera pasar tiempo con sus novias, es lo normal. Pero eso no tiene que significar que automáticamente tengas que dejar de pasar tiempo con tu mejor amiga. Recalquemos eso: mejor-amiga. Yo nunca le he hecho eso. NUNCA.

Así que así comencé el año: Leah fuera de casa y mi mejor amigo sin hablarme. Lo de Noah me preocupaba menos porque en el fondo estaba segura de que entraría en razón y haríamos las paces antes de empezar nuestro último año de instituto. Pues bien, me equivoqué.

Recuerdo la primera semana en el instituto. Los primeros días, a pesar de que Noah me ignoraba, seguía totalmente convencida de que se retractaría. Cuando estábamos con los chicos, cruzaba alguna palabra conmigo y aquello, lo de no ignorarme completamente en público, hizo que creyese que era una buena señal.

De nuevo estaba equivocada. Cuando fui testigo de cómo los días se convertían en semanas y él seguía sin dar su brazo a torcer, me volví a cabrear. Terminé por supuesto enfrentándole. No fue bien. Yo le grité y él me ignoró. Y eso creo que dolió aún más. Recuerdo que fue tras volver del instituto, después de bajarnos del autobús. Me miró totalmente impasible con sus malditos ojos verdes, esperando a que terminase de desahogarme y, después, tan solo se encogió de hombros y se fue. Así, sin más.

Terminé llorando en mi habitación toda la noche. A partir de ese día decidí ser igual de fría que él. Por supuesto, nuestros amigos lo notaron y decidieron intervenir. Edu habló conmigo y supongo que Jake con Noah. Sin embargo, tenía entre ceja y ceja no volver a lo de siempre hasta que este me pidiera disculpas porque, por supuesto, todo era culpa suya.

Pasó todo un mes y hasta mis padres comenzaron a notar que algo raro pasaba. Tampoco había que ser ninguna lumbrera... Él había dejado de pasar por casa y yo tampoco lo hacía por la suya. Mi madre intentó sonsacarme información una tarde mientras merendaba. Le dije que sabía lo que estaba intentando y que podía preguntar directamente. Le conté lo mal amigo que había demostrado ser, explicándole su estúpido comportamiento y sus duras palabras. Ahora entre tú y yo...

Puede que exagerara un poco las cosas pero bueno, sabía que Rose, la madre de Noah, estaría interrogándole igual que mi madre a mí. Y si él le contaba algo, estaba claro que sería una sarta de mentiras. Así que no me iba a quedar callada.

Para nada.

Mi madre, tras escucharme, intentó quitar hierro al asunto, pero cuando me dijo que por qué no intentaba volver a hablar con él para aclararlo... huí. Era lo que me faltaba. Además, no parecía echarme mucho de menos, así que no iba a ser yo la tonta que suplicase. Si a él no le importaba, ¿por qué a mí sí?

Lo malo era que, aunque intentase hacerme la dura, estaba realmente dolida. Además, Sara y compañía descubrieron que Noah y yo ya no éramos tan amigos. Aunque no se atrevían a decirme nada (debían recordar lo sucedido con Penélope), sus sonrisitas lo decían todo. Al menos no tenía que aguantar la presencia de Michelle porque, menos mal, había cambiado de instituto. No podría haber soportado más dramas. Con las brujas supremas tenía más que suficiente. Pero, en fin, estaba en una situación de mierda.

Supongo que todo esto me llevó a cometer la locura de la que estoy volviendo. Me acuerdo de que todo pasó un lunes mientras estaba en la clase de Biología. Antes de empezar, la profesora nos comentó la idea de irnos a estudiar al extranjero este último año de instituto. Vi la luz y no lo pensé.

Me apunté.

Cuando llegué a casa y lo conté, mis padres alucinaron, pero tras hacerles ver que era una buena oportunidad para mí, cedieron. Sobre todo sabiendo que no tenía una media de sobresaliente como Leah, y esto era un buen plus de cara a la universidad. Para mí era todo genial: cambiaría de aires, no tendría que soportar las miradas de Sara y compañía, ni ver la cara de Nathan por los pasillos (sí, Sara le había dejado) y, por supuesto, no tendría que lidiar con la ausencia de Noah.

Los acontecimientos se aceleraron y cuando me di cuenta de que todo iba en serio, me entró el pánico. La noche de antes no pude dormir. Iba a dejar mi casa. ¿Hola? Estaba loca. Tenía que frenar todo aquello.

Sin embargo, justo cuando estaba a punto de salir de la cama para avisar a mis padres de que no quería irme, mi madre entró en mi dormitorio. Supongo que aún te acordarás de sus palabras, ya que sin ellas no hubiéramos vivido esta aventura.

Me dijo lo orgullosa que estaba de mí, de lo valiente que era. Aquella sencilla charla con mi madre me dio las fuerzas necesarias para convencerme de que podía con todo aquello y más. Sé que nunca va a leer esta carta, pero estoy muy agradecida por esa conversación.

Efectivamente, he vivido una de las mejores experiencias de mi vida. He de reconocer que al principio fue duro pero oye, a las pocas semanas todo comenzó a ir sobre ruedas. Me gustaría contar la experiencia con todo lujo de detalles, pero mi mano empieza a cansarse, y es que la carta está siendo larguísima.

Los meses han pasado volando. De hecho, ahora mismo estoy en el avión volviendo a casa. Todos han vuelto del Lago esta mañana, Leah me lo ha confirmado por un mensaje antes de subirme al avión. Aunque tengo que admitir que cuando he visto la notificación parpadeando en el móvil, me he puesto nerviosa pensando que tal vez era Noah...

No hubiera sido el primer mensaje del verano pues a mitad del mismo había recibido un texto corto y simple, pero que hizo que mi pecho se encogiera: «He sido aceptado». Y supe a qué se refería. Él, al igual que yo, había sido aceptado por la universidad de la que llevábamos hablando años.

Me duele pensar lo diferente que está siendo todo a como lo habíamos planeado. Tú, Abril del futuro, ya sabrás qué ha pasado pero, entre tú y yo, lo que yo quiero es recuperar a mi mejor amigo. ¿Volverá a renacer nuestra amistad o terminaremos como viejos conocidos?

Solo pensar que en unas horas le veré después de tanto tiempo... En fin, no sé qué me deparará el futuro, pero de lo que estoy segura es que nada va a seguir siendo como antes.

Firmado,
Abril.



18-19 años

Capítulo 1

Cuando cerré la puerta del taxi después de pagar por el trayecto desde el aeropuerto, fijé mi mirada en aquella casa de madera blanca con las ventanas en verde oscuro. Mi casa para ser más concretos.

Entrecerré los ojos molesta por el sol del atardecer, mientras pensaba en todo lo que había pasado desde que hacía casi un año, huí con la idea de alejarme de todo. De vivir miles de aventuras, aunque también con muchos miedos e inseguridades.

Mientras tiraba de mi pesada maleta y cruzaba el jardín hacia la puerta principal, en mi estómago revolotearon miles de mariposas. No había vuelto para quedarme, sino para embarcarme en otra nueva aventura. Me emocionaba saber que estaba en casa y, aunque en pocos días tomaría rumbo a la universidad, tan solo estaría a unas cuantas horas de aquí en coche.

Llamé a la puerta ya con una sonrisa nerviosa. Leah era la única que sabía que ya estaba aquí. A papá y a mamá les había dicho que no volvía hasta dentro de dos días, así que era una sorpresa total.

Nada más tocar el timbre, escuché los fuertes ladridos de Otto, al que tanto había echado de menos. La puerta se abrió y mi madre apareció en el umbral. Creo que se quedó algo en shock.

—Hola, mamá... —terminé diciendo ante su cara de incredulidad.

—¡Abril! —Mi madre se tiró a por mí cuando reaccionó, abrazándome un poco demasiado fuerte. Otto nos rodeó gimoteando y eso supongo que alertó a los demás.

—¿Quién es? —escuché decir a mi hermano Ian.

Se asomó a la entrada, seguido de mi padre y Leah, que sonreía de oreja a oreja. Cuando mi madre me soltó con lágrimas en los ojos, fue el momento de mi padre y hermano para darme la bienvenida.

—¡Pensaba que llegabas dentro de dos días! —dijo papá mientras me abrazaba tan fuerte como mi madre.

Mientras les explicaba mi misión sorpresa con la colaboración de Leah, fuimos al salón donde comenzaron a bombardearme con preguntas. Sonreí cuando mi madre dijo que iba a llamar a la abuela Maggie para decirle que ya estaba de vuelta. Sí, por fin estaba en casa.

—¿Así que ninguna novedad en el fuerte? —pregunté mientras cerraba el armario de mi dormitorio. Leah y yo habíamos subido a mi habitación después de cenar. Yo, principalmente, para sacar las cosas de la maleta y ella para cotillear. Era mi hermana de quién estábamos hablando.

—Ya sabes que no —dijo mientras cruzaba las piernas sobre el colchón de mi cama y hojeaba las fotos de mi año fuera—. Nada nuevo desde nuestra última conversación en el Messenger. ¿O es qué quieres saber algo en particular? —Una sonrisa peculiar apareció en su perfecto rostro mientras se apartaba un mechón.

Seguía teniendo el pelo largo, hasta la mitad de su espalda para ser más exactos, y aunque volvía del Lago, lo tenía más oscuro que el tono miel que compartíamos Ian y yo.

—No sé muy bien a qué te refieres. —Sí, me hice un poco la tonta.

Mi hermana carraspeó y miré por encima de mi hombro. Fue cuando descubrí que entre sus manos tenía una pequeña cajita envuelta en papel de regalo que balanceaba mientras sonreía con superioridad. Me giré ipso facto y fui a arrebatárselo.

—Eres odiosa —dije tirándome sin miramientos hacia ella, dispuesta a recuperar el paquete que me pertenecía.

Por supuesto que se rindió enseguida. Mi hermana me podía ganar en muchas cosas, pero en peleas no. ¡Por Dios! Me había criado dentro de un grupo de chicos que nunca me había tratado con ningún privilegio, a pesar que todos me doblaban en tamaño y fuerza. Conocía las técnicas más sucias y ella sabía que tenía todas las de perder, así que enseguida me tendió el envoltorio sin ofrecer demasiada resistencia. Pero, por supuesto, que no dejó correr el asunto.

—Pero ya nos has dado a todos nuestros regalos... —Batió sus pestañas teatralmente y tuve ganas de ahogarla con un peluche—. ¿Para quién es?

—Leah, eres lista. Sabes que no quiero hablar del tema.

—Y tú muy tonta si crees que esto se va a quedar así. —Mi boca dibujó una perfecta «o» cuando le escuché pronunciar aquellas palabras. «¿Hola, delicadeza?»—. Cuando estabas fuera, mamá y yo acordamos no machacarte mucho con ello ya que no estabas en casa, pero ahora...

—¿Mamá y tú? —le interrumpí, mostrando mi incomodidad—. ¿Es que en esta maldita casa no hay intimidad? ¿Le cuentas a mamá todas nuestras conversaciones?

Leah sacudió su mano como quitando importancia al asunto, cosa que me sentó aún peor.

—No seas niña. Por supuesto que no le cuento nuestras conversaciones. ¿Por quién me tomas? —Movió la cabeza con gesto de hastío.

—¿De verdad quieres qué conteste a esa pregunta? —pregunté todavía algo molesta. Leah bufó divertida—. Yo no me reiría mucho. Tengo temas jugosos, como el de Justin. —

Mi hermana me lanzó un cojín cuando nombré a uno de los amigos de Ian—. Solo tendré que explicar a Ian por qué en Nochevieja, Justin y tú tardasteis más de la cuenta en traer las bebidas.

—¡Calla! —casi chilló mirando con alarma la puerta de cuarto, seguramente para asegurarse de que estaba cerrada—.

¡Nos puede oír! —Me carcajeé.

—Claaaro, seguramente Ian no tiene otra cosa qué hacer que escuchar a través de la puerta. —Puse los ojos en blanco y me dirigí a mi equipo de música para poner la radio.

—Te estás desviando del tema —dijo Leah cuando la voz de Natasha Bedingfield inundó la habitación.

—No me estoy desviando...

—Vamos a hablar de Noah y se acabó —me interrumpió.

Yo suspiré pesadamente mientras me dejaba caer en mi cama a su lado.

—Bien. Ya que quieres hablar tanto de Noah, empieza —indiqué, acomodándome contra el cabecero. Sabía que si se empeñaba en tratar el tema no iba a poder hacer nada para evitarlo. Daba igual si una revelación durante la cena, relacionada con el susodicho, me había revuelto entera. No tenía más opción que aguantar el chaparrón.

—La que tiene que hablar eres tú. ¿Cuándo vas a arreglarlo? Está claro que ese regalo es para él. Le echas de menos.

«Sí, antes de saber nada», me dije.

—Puff... —Me crucé de brazos mirando al techo—. No quiero empezar con esta conversación que no nos lleva a ningún lado. Por si no lo recuerdas, él no ha hecho ningún tipo de acercamiento en todo este tiempo. —Mi hermana enarcó una ceja.

—Vamos Abril, sé justa. Te fuiste sin decirle nada.

—Bien, veo que vamos a empezar con el mismo tema de siempre —señalé casi más para mí, mientras volvía a incorporarme—. Sí, me fui sin decirle nada, pero yo intenté hablar con él antes de irme. ¿Y qué paso? Me ignoró.

—Vuestra discusión había sido demasiado reciente...

—Por Dios, ¿qué eres, su abogada? —Me levanté de la cama malhumorada—. No entiendo por qué le defiendes tanto.

—Eres demasiado cabezota para tener una conversación coherente contigo.

—Si coherente es insinuar que Noah es un maldito santo en todo esto... Mejor será que nos lo ahorremos.

Leah suspiró.

—Yo solo te dejo ver que la piedra está en tu tejado.

—Te equivocas, está en el suyo. Él ha estado perfectamente con su novia. —Dios, me dio hasta un escalofrío decir esa palabra.

Porque sí, Noah y Emma ahora eran novios. N-O-V-I-O-S. El tema había salido a relucir en la cena y a mí me había tocado hacerme completamente la loca. Aun así, no había podido evitar fulminar a mi hermana con la mirada mientras me enteraba de aquel detalle que me había estado ocultando. ¿Por qué lo había hecho?

Di una patada a la maleta que estaba tirada en el suelo y dejé a mi hermana con la palabra en la boca. No podía entender por qué le apoyaba tanto. Cualquiera diría que tenía algo que perder. Salí al jardín para tranquilizarme y mis pies me llevaron inconscientemente hacia nuestra cabaña de juegos. Abrí la puerta y, al entrar, me topé con unos ojos verdes que devolvieron mi mirada de sorpresa. La cabaña no estaba vacía: Noah se encontraba dentro.

¡Nos vemos en la próxima entrada!




25 comentarios

  1. Hola! No los leo porque aun no me he puesto con el primero pero le tengo muchísimas ganas y espero estar disfrutando muy pronto de esta historia.
    Besos!

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  2. ¡Hola!
    Pues esta semana empiezo la lectura del primero, que le tengo muchas ganas, así que en cuanto lo lea me paso por tu entrada para leerlos 😊
    Un besote.

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  3. Hola Sandra! de momento no me animo con ellos, pero quien sabe si me animo con el primero. Las reseñas en general son buenas y parece una historia entretenida.
    Besos :)

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  4. Hola,
    gracias por poner los primeros capitulos pero los paso por encima porque en breve me leere esta bilogia

    besotes

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  5. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  6. Hola guapa!

    Paso de puntillas por esta entrada porque aún me queda la primera parte pendiente (espero leerla en Abril).

    Besitos

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  7. En cuanto lo termine iré corriendo a leer esta entrada, si es que no me hago con el cuando se publique claro xD La verdad es que me estáis poniendo los dientes largos al igual que pasó con el primero *-*
    ¡Besos!

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  8. Holaaaa!
    Gracias por compartir.
    Aún tengo que leer el primero jejejej
    Un besito, nos leemos^^

    PD: Hacia mucho que no me pasaba por aquí...

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  9. Yo no leí la primera parte pero estoy convencida de que me gustaría. Un besote :)

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  10. Hola guapi!
    Tengo ganas de leer estos libros, así que no voy a leerme por el momento estos capítulos ya que dentro de algunas semanas empezaré el primero ^^
    Seguro que es genial :D
    Un besito!

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  11. Gracias por los capítulos pero yo soy de comenzar un libro y leerlo no me gusta anticiparme jeje pinta bien.

    Besos =)

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  12. Yo no leí su primer libro pero gracias por traernos parte de su segunda entrega guapa ;)

    Besitos

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  13. De momento no me apetece este tipo de lectura, pero hay que ver cómo te curras las reseñas. Ya he visto el primero reseñado en algunos sitios y la verdad es que no está mal. Pero tengo muchos pendientes, así que este lo dejaremos para cuando cambien mis "hábitos de caza". ¡Un besote!

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  14. ¡Hola guapa!
    El primer libro me gustó mucho y estoy deseando leer esta segunda novela. No he querido leer estos capítulos porque no quiero que me dejes con la miel en los labios,ja,ja, pero te aseguro que devoraré esta historia en cuanto la tenga en mis manos ;)
    Besos.

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  15. Hola!
    Todavía no he tenido la oportunidad de leer el primer libro pero si lo tengo pendiente para más adelante y lo más seguro es que apenas lo termine, querré embarcarme con este continuación.
    Gracias por compartir los primeros capítulos.
    Besos

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  16. ¡Menuda pinta! Madre del amor hermoso

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  17. Hola guapa
    Creo que se me va acumulando la faena. Aún tengo pendiente el primero pero no quiere decir que este deseando leerlos ya los dos.

    Nos leemos. Chispibesitos

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  18. Me arrepiento tanto de no haber comprado su primera parte cuando la tuve en las manos... porque luego ya no lo he vuelto a ver por ningún lado y ¡EL DRAMA! Y ahora que encima va a salir la segunda parte no veo el momento de adentrarme en esta bilogía porque es que tiene toda la pintaca ^-^

    ¡SE MUUUY FELIIIIIIIIIIIIIIIZ 😊😊💞!

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  19. Hola :D
    Ay, pues tiene una pinta muy chula. Lo tomaré en cuenta :3
    Gracias por compartirlo.
    Saludos

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  20. Hola, paso por encima por tu entrada pues no he leído el primer libro y al igual que este tengo muchas ganas de hacerlo.
    Un beso y nos leemos.

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  21. ¡Hola!
    Yo me leí el primer libro y no es muy de mi estilo, fue demasiado juvenil para mí, así que no creo que continúe con este.
    ¡Saludos!

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  22. ¡¡Hola!!
    De momento los dejo pasar ya que no quiero meterme en géneros de este tipo porque tengo muchos en mis estanterías y los libros se me amontonan. Besazos guapísima:D

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  23. Tiene algunas cosas interesantes que me pueden llegar a gustar, bueno ya veremos si al fin y al cabo logro enamorarme del libro y lo pueda leer.

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  24. Hola Sandra!
    No he leído el primer libro y desconocía a la autora pero tiene linda pinta.

    Gracias por compartirlo estos capítulos

    un beso

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  25. ¡Hola Sandra!
    Esperaré a leer el primer libro, porque no quiero comerme ningún spoiler^^
    Besos!

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